sábado, 19 de enero de 2008

Volcanes

Volcán Galeras. Última erupción: 17 de Enero de 2008.

Volcán Nevado del Huila. Último incremento de actividad: Enero de 2008.


Volcán Tungurahua, Ecuador. Última erupción: Enero de 2008.
Volcán Llaima, Chile. Última erupción: Enero de 2008.
Mientras miraba las fotos de la nueva fiesta del Anillo de Fuego, me habló Manuela. La felicidad por su carrera teatral se derramaba vía MSN, y yo a duras penas le contestaba, gracias a la indisimulable emoción ante los carnavales tectónicos del raro enero de dos mil ocho. Hasta mamá, nunca interesada en los cólicos de la madre Tierra, me decía que si tanto me gustaban los volcanes, porqué no miraba si eso daba plata. Y Manuela volvió a hablar de Óscar, y acá no Óscar, mi abuela duerme en la casa, son las tres de la mañana y vos sabés, son ellas las que me mueven, no vos, Óscar y Óscar, haciendo caminar los dedos sobre la entrepierna de Manuela, sobre los montes de Manuela, sobre el pelo de Manuela, diciendo que no, que tanta cerveza y tanto cachoniar y me vas a dejar acá, iniciado, sin probar la lava de tu lengua, sin conocer el sabor quemante de tus jugos íntimos, y no hacemos ruido, dale, en las escaleras, cinco minuticos no más, hacele Manue y Manuela sólo pudo repetir, durante los cinco minutos eternos de pisadas de celador en el piso de abajo y de fiesta salsera en el edificio del frente, que qué me estás haciendo Óscar, tan grande Óscar, tan grande, tan grande...ay Óscar...y cuál erupción vulcaniana, de piroclasto grueso y sordo estruendo, Manuela me pintó su orgasmo soñado, mientras al otro lado de la calle tronaba Hecticor con Escarcha por quinta vez en la noche.

Sentí entonces envidia de Óscar, de su herramienta de oro y de su implagiable arte de destorcer lesbianas. Pero me desquité con Manuela y le grité, en letras capitales y sin un solo emoticón, que Óscar era una insignificancia, una nimiedad de la creación. ¿Grande? Grande el Mama Tungurahua, sus casi seis mil metros, que empequeñecían el calibre del arma de Óscar y su hálito sofocante, deshacedor de glaciares, verdadero rompedor de hielos, ante el cuál nada tenía que hacer la cháchara de Óscar. ¿Ardiente? Ardiente el Llaima y las tierras que lo circundan, las del fin del mundo. ¿Maestro? Maestro el Huila - y el burro - venerado por los pueblos de las tumbas pintadas que rivalizaban con los frescos del Valle de los Reyes. ¿Osado, atrevido Óscar y sus polvos de gallo en escalera? Atrevido el Galeras, la atracción mayor de la hacienda del Cacique, el que no sólo no deja dormir a las damas, sino que desvela a cinco ciudades y bajo su sombra permite que se maldiga a los próceres.
Magister dixit

Banda sonora